En el primer trimestre, sumó 21,7%; los alimentos subieron un 9,3% en todo el país.
En un número que superó a las peores marcas registradas en los momentos de mayor incertidumbre política y económica del año pasado en medio de una fuerte corrida cambiaria, la inflación de marzo fue de 7,7% -el número más elevado desde abril 2002 y claro, de la era Fernández-, y volvió a acelerarse como consecuencia de las presiones estacionales que suelen ser habituales en el mes, pero fundamentalmente de una inercia que no cede en la antesala de la campaña electoral.
El índice de inflación que calcula el Indec acumuló 21,7% en el primer trimestre del año y suma 104,3% en doce meses. Se trata del peor número interanual desde septiembre de 1991. Esa medida prácticamente se duplicó frente al año pasado, cuando era 58%. En febrero, el IPC había sido de 6,6%, mientras que en enero, había registrado un 6%. En marzo del año pasado, por la guerra en Europa del Este -desatada en febrero de 2022-, la suba de precios había sido de 6,7%.
La inflación núcleo -que no contempla subas de regulados ni estacionales- fue de 7,2%, por lo que mostró una desaceleración de cinco décimas en un mes. No obstante, sigue a un ritmo de 130% anualizado. El capítulo de alimentos y bebidas, el más sensible, mostró un fuerte alza de 9,3%, mayor al esperado por los analistas privados. En el Gran Buenos Aires, la región con mayor cantidad de pobres, el aumento fue de 9,7%. Los rubros que más se incrementaron en el mes fueron Educación (29,1%), Prendas de vestir y calzado (9,4%) y los alimentos.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central (BCRA), conocido en el último Viernes Santo, estimaba un 7% para el mes pasado. Se quedó muy corto. Pronosticó una inflación de 110% a fin de este año.
La interanual es ya una proyección que prácticamente duplica la inflación estimada en el presupuesto elaborado por el equipo técnico del ministro de Economía, Sergio Massa, que llegaba a 60%, una meta imposible de cumplir. Esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) empeoró sus perspectivas para la Argentina en 2023 y estimó un alza de 88%. Delante de la Argentina sólo aparecen, según el ránking elaborado por el Fondo Monetario, Venezuela y Zimbabwe.
La primera semana de abril no se demostró como un período fácil para que la inercia inflacionaria muestre un freno significativo. Sin embargo, por cuestiones estacionales, es probable que el IPC de ese mes sea menor al de marzo. No obstante, los datos que comenzaron a publicar las consultoras privadas son preocupantes. Durante la primera semana, de este mes, según FIEL, los precios subieron 3,1% (los alimentos, un 3,9%). EcoGo registró un alza en ese mismo período de 2% frente a la última semana de marzo. “Esto implica una aceleración del indicador, que se duplicó”, escribieron.
En la primera semana de abril, en el cálculo de C&T, los alimentos y bebidas subieron 4,4%, con fuerte aumento de verduras, pero también carnes y panificados. El IPC total de la primera semana contra la primera de marzo les dio 7,4%.