Desde el año 1994 cada 1º de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Veganismo, una fecha que promueve una alimentación más sana, pero sobre todo que sea libre de productos de origen animal, maltrato y sometimiento.

Fue en 1944 cuando un joven británico llamado Donald Watson fundó, con argumentos éticos, la Vegan Societyen el Reino Unido. Su objetivo no era simplemente promover una alimentación sin productos animales, sino impulsar una forma de vida que evitara toda forma de explotación hacia los animales.
Desde entonces, el veganismo creció de manera sostenida en todo el mundo. A pesar de las resistencias culturales y económicas, la idea de que los animales no existen para ser usados, ni comidos, ni vestidos, ni experimentados, caló hondo en distintas generaciones y latitudes. Según The Vegan Society, más de 79 millones de personas en el mundo son veganas, lo que refleja una toma de conciencia extendida sobre los derechos de los animales como sujetos de vida y no como recursos.

Sus discursos y acciones ayudaron a visibilizar que el veganismo no es una moda, sino una postura ética que cuestiona la forma en que los seres humanos se relacionan con los demás animales.
Además, se tiene como objetivo concientizar a la población sobre el sufrimiento animal, así como también sobre cuáles ventajas podría aportar este estilo de vida para la salud, la economía o el medio ambiente.
La evolución del veganismo como concepto se consolidó en 1949, cuando Leslie J. Cross propuso “el principio de la emancipación de los animales de la explotación por el hombre”, ampliando el alcance del ideario de Watson para oponerse al uso de animales no solo en la alimentación, sino en cualquier actividad humana. Más adelante, en 1988, la definición vigente del veganismo estableció que implica excluir, en la medida de lo posible, toda forma de explotación y crueldad hacia los animales.
Watson falleció en 2005 en Keswick, Reino Unido, a los 95 años. Dejó un legado que trasciende la alimentación para abarcar justicia, ética y empatía hacia los animales. “La gran ventaja es tener la conciencia tranquila y creer que los científicos ahora deben aceptar la conciencia como parte de la ecuación”, afirmó en su última entrevista.
En sus 81 años de historia, el veganismo ha evolucionado de una postura ética minoritaria a un movimiento global que abarca múltiples dimensiones sociales, ambientales y culturales. Hoy, millones de personas en el mundo adoptan un estilo de vida vegano, impulsadas por el respeto a la vida animal y por una creciente conciencia sobre los impactos negativos de esa industria en el planeta.