El rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata habló sobre el conflicto con el Gobierno nacional por el financiamiento y las medidas de fuerza. “El límite a la política de Milei es la gente”, sostuvo.
En una de las semanas más complejas para la comunidad universitaria, el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), Alfredo Remo Lazzeretti, habló con 7600ONLINE.COM y expresó su preocupación por el desfinanciamiento a las casas de altos estudios.
Se refirió a los ataques económicos y discursivos del presidente Javier Milei y afirmó que el mandatario “dice cualquier barbaridad sin ningún tipo de sustento” y que “es muy negativo porque uno espera racionalidad de la palabra presidencial”.
Lazzeretti indicó que “el motor de defensa de la educación pública y de las universidades básicamente es la clase media” y que la “confianza” para llevar adelante las protestas “está depositada en los estudiantes” que son “los que están más en riesgo por estas políticas”.
Finalmente, dijo que las tomas en la universidad son una “modalidad válida” pero que “muchas veces están muy direccionadas a lo interno del movimiento estudiantil y tienen poco diálogo con la sociedad”, por lo que “no se pueden sostener a lo largo del tiempo”. El rector manifestó que la “universidad necesita estar abierta pese al conflicto” porque “necesita más que nunca el apoyo de la sociedad”.
Entrevista
Hay una decisión política firme del presidente Milei de ir en contra de la universidad pública ¿Habías vivido una situación similar como autoridad universitaria, como estudiante, como docente?
Este Gobierno pone en discusión cuestiones que parecían cerradas o eran consensos de la democracia y acá están sometidos a discusión constantemente. Milei tiene una visión minimalista de lo que debe ser el Estado. Si fuera por él debería ser Defensa, Seguridad, Diplomacia, Justicia y nada más. En su concepto no existe la Educación pública, ni la Salud pública, ni la investigación financiada por el Estado. Es una postura profundamente reaccionaria. Ese es un pensamiento de fondo, después en la práctica veremos que es lo que puede ir concretando y en ese concepto, las instituciones de la universidad que son las más prestigiosas de la Argentina, así lo reflejan las encuestas, me parece que son un golpe a la imagen del Presidente, que lo tienen muy preocupado y como siempre redobla la apuesta: ahora resulta que la universidad es para ricos y no para pobres, los rectores somos delincuentes, ya dice cualquier barbaridad sin ningún tipo de sustento y creo que es muy negativo porque uno espera racionalidad de la palabra presidencial.
¿Cómo se llegó a esta situación? ¿En qué parte de esta historia estamos?
La dimámica empieza el 10 de diciembre, cuando el conjunto de rectores y rectoras de las universidades públicas tuvimos una reunión con las autoridades recién electas, que participaron de un comité ejecutivo del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional). Al otro día tuvimos una reunión más chica en el Ministerio, donde le llevamos todos los problemas que nosotros veíamos.
Cuando arrancó el mes de febrero no había muchas iniciativas por parte del Gobierno nacional, entonces el CIN empezó a manifestar 5 problemas básicamente: gasto de funcionamiento, salarios y su atraso respecto a la inflación, becas, la preocupación por el plan de infraestructura universitaria, donde había muchas obras que estaban paralizadas y, por último, la preocupación por el sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, que funciona en las universidades nacionales, donde más del 70% de los investigadores son docentes.
Planteamos esa serie de problemas, tuvimos reuniones, llegó una primera respuesta que fue un 70% de aumento en los gastos de funcionamiento, que fue muy escaso. El conflicto fue escalando porque no había ninguna respuesta, se anunció la marcha del 23 de abril, previo a la marcha el Ejecutivo dio otro 70% de incremento de otros gastos y después de la marcha contundente y sumado a una votación en el Congreso para dar dictamen a los proyectos de financiamiento universitario 2024, el Ejecutivo otorga ese aumento del 270% que es una actualización: ese acuerdo se cumplió y se está pagando en tiempo y forma.
Quedaron pendientes la cuestión salarial, donde lamentablemente las paritarias no funcionaron, con reuniones de mucha agresividad en las que no había ningún acuerdo y donde imponían y lo siguen haciendo hasta ahora, los incrementos que ellos consideran que pueden dar. No escuchan, no dialogan y eso fue generando un clima de malestar que es lo que desemboca en huelgas y manifestaciones que hemos ido viviendo durante este tiempo.
Las becas estudiantiles se actualizaron en un monto muy menor a la inflación, el plan de obras no se reanudó y el área de Ciencia, Tecnología e Innovación sigue paralizada: hay un desmantelamiento muy grande en el sistema científico y en estas condiciones llegamos a la marcha del 2 de octubre, previa sanción en el Congreso de la Ley de Financiamiento, que proponía actualizar salarios, becas y gastos de funcionamiento al costo de la inflación y como sabemos el Presidente lo rechazó.
Se hizo la marcha el 2 de octubre para instar a los legisladores pero no se pudo lograr los dos tercios necesarios. Sin embargo, son 160 votos a favor del financiamiento que son una excelente base para la discusión del Presupuesto 2025 que se viene ahora.
El rechazo en el Congreso generó mucha indignación y por esta razón estamos viendo tomas en distintas unidades académicas en diferentes universidades del país a través de las cuales los estudiantes muestran su preocupación. Está en discusión el modelo de la universidad. La agresividad de la palabra presidencial es muy preocupante.
Si asociamos esta etapa Argentina con un capitalismo salvaje (o más salvaje que años anteriores) y tomando también lo que pasó con el tema jubilaciones y las leyes que consiguió aprobar el gobierno en el Congreso y los vetos que pudo ratificar: si aparentemente el límite al avance del neoliberalismo no está en la política ¿Dónde está?
Estamos siempre a favor de la democracia, del Estado de derecho y las reglas constitucionales y los límites están en la gente. Milei es producto de la gente. Lo que debería preguntarse la política es por qué ganó la antipolítica. Si gana la antipolítica es porque la política hizo las cosas mal y creo que hay muy poca autocrítica en muchos sectores que tuvieron la posibilidad de gobernar previo a esto.
Creo que la gente no está de acuerdo con este mamarracho en un montón de situaciones, pero objetivamente prefiere esto a lo anterior y evidentemente falta esa autocrítica. Pienso que el límite a la política de Milei es la gente, ahora esto va a ser efectivo en tanto la gente encuentre otra propuesta política alternativa que le permita salir hacia adelante. Son esos momentos complicados de la historia donde lo viejo tarda en morir y lo nuevo tarda en nacer.
¿Hoy la posta en la lucha la tiene el movimiento estudiantil dentro de la comunidad universitaria integrada por docentes, no docentes, gremios?
La razón de ser de las universidades son los estudiantes, por supuesto que es el aspecto más dinámico y que más movilidad tiene. Creo que en la medida en la que el movimiento estudiantil crezca en su rechazo a éstas políticas hay un reaseguro importante a la continuidad de un sistema universitario público, gratuito, democrático y con un fuerte compromiso social.
También hay que tener en cuenta que es un movimiento que va reaccionando lentamente porque una gran cantidad de votantes de este gobierno, por distintas razones, estaban entre los jóvenes. Si bien todavía no hay una expresión muy clara de los libertarios en el movimiento estudiantil ya empieza a haber agrupaciones que se referencian con esas ideas, y ahí también hay que dar un debate, movilizar, discutir, pero por supuesto la confianza está depositada en los estudiantes que son los que están más en riesgo frente a estas políticas.
En esta suerte de tensión, de tire y afloje y métodos de lucha ¿Qué opinión tenés sobre la toma de facultades como modalidad?
La toma es una modalidad bastante extrema porque en definitiva termina cerrando la universidad a los estudiantes. Hay distintos tipos de tomas, algunas bien cerradas, otras mucho más flexibles.
Creo que son medidas que no se pueden sostener a lo largo del tiempo, se deben tomar de manera puntual y muchas veces están muy direccionadas a lo interno del movimiento estudiantil y tienen poco diálogo con la sociedad.
Yo creo que ante las circunstancias actuales, tenemos que garantizar que la universidades estén abiertas, estén funcionando pese al conflicto que existe, que estén llenas de estudiantes y que podamos hablar con los estudiantes y con la sociedad y no encerrarnos entre nosotros mismos. La universidad argentina necesita mas que nunca que la sociedad nos acompañe y para eso hay que abrir las puertas de la universidad.
Por supuesto que me parece una modalidad válida como cualquier otra y la respetamos, pero vuelvo a lo mismo, creo que es para un tiempo limitado, después tenemos que poner en marcha una mirada más de mediano plazo porque este conflicto no se resuelve en un fin de semana, sino que va para largo. Me parece que mientras dure esta administración vamos a estar casi en un conflicto permanente y hay que ir valorando qué instrumento de protesta es más conveniente para los tiempos que se van sucediendo.
En general se piensa a la clase media como volátil ante las luchas políticas desde abajo ¿Cuál te parece que va a ser la reacción de la clase media y de la sociedad en general ante este proceso?
El motor de defensa de la educación pública y de las universidades básicamente es la clase media, que es la mayoría del sistema universitario, no comparto el planteo que hace el Gobierno de que en la universidad no hay pobres, hay un porcentaje importante, pero existe un porcentaje todavía más importante de clase media.
Es una clase media que se está pauperizando, que se está transformando en clase media baja y por eso es que hay un porcentaje de estudiantes de escasos recursos en la universidad, pero creo que es para la clase media donde se representa la idea del ascenso social, la posibilidad de progreso en el sistema universitario. En ese aspecto la clase media fue la que nos acompañó y lo va a seguir haciendo. Esperamos una actitud muy positiva de la clase media.
Hay que tener presente que hay gente que puede haber votado a este gobierno pero rechaza esta política porque en ningún momento de la campaña Milei dijo voy a cerrar las universidades públicas, voy a desfinanciarlas y al sistema de Ciencia y Tecnología, eso lo empezó a hacer una vez que asumió, entonces es legítimo que parte de sus votantes o los sectores sociales que lo apoyan rechacen esa política y pienso que mientras focalicemos eso vamos a tener un apoyo muy grande de esos sectores.
¿Qué rol van a tener las autoridades de la universidad en esta etapa del proceso?
Las autoridades somos electas por nuestras comunidades y en calidad de tal tenemos que liderarlas, pero hay que liderar al conjunto y no a un sector de la universidad y por eso es importante el diálogo con estudiantes, con docentes, con no docentes y además es importante el diálogo entre universidades porque no estamos aisladas, somos un sistema y tenemos que ir viendo cómo evoluciona el conjunto. Hoy tenemos 57 universidades públicas con presencia en todas las provincias del país, con realidades diversas, entonces muchas cosas hay que tratar de coordinarlas ahí y eso es lo que hacemos en el Consejo Interuniversiatrio Nacional.
Uno piensa en grandes batallas educativas y tal vez imagina Córdoba y Ciudad de Buenos Aires, ¿Mar del Plata tiene hoy ciertas características particulares para ser uno de los epicentros fuertes de esta movida?
Yo creo que la Universidad de Mar del Plata ha tenido en estos últimos 20 años una fuerte mutación porque con la apertura de una gran cantidad de carreras y reapertura de las que fueron cerradas en 1976, hoy es una universidad grande del país con casi 70.000 estudiantes, con muchas actividades, con un espacio de investigación muy importante, la segunda en la provincia de Buenos Aires después de La Plata y creo que su presencia cada vez es mayor no solo en la ciudad sino en lo que pasa en el país. Después si es epicentro o no de las luchas eso dependerá de circunstancias históricas, de hechos que se produzcan. Lo que está claro es que la movilización en Mar del Plata fue masiva, la UNMdP tiene mucha presencia en la ciudad y en la región, la sociedad nos acompaña y vamos a seguir trabajando en ese sentido.