Graves incidentes entre las “barras” de Peñarol y Quilmes obligaron a suspender el clásico

El encuentro terminó envuelto en caos y violencia en las tribunas. Enormes falencias del operativo de seguridad que dispuso la policía.

El esperado clásico entre Peñarol y Quilmes, que se disputaba como amistoso en el estadio Polideportivo “Islas Malvinas”, tuvo un abrupto final cuando una violenta pelea entre las hinchadas de ambos equipos obligó a suspender el encuentro. A falta de poco más de dos minutos para el cierre del partido, que era liderado por Quilmes con un marcador de 63 a 48, las tensiones en las gradas escalaron rápidamente hacia una batalla campal.

Los incidentes comenzaron cuando el clima de las tribunas se tornó hostil, con insultos y amenazas cruzadas entre los fanáticos de ambos bandos. En cuestión de segundos, las agresiones verbales dieron paso a trompadas, patadas y destrozos en las instalaciones, mientras las butacas volaban por los aires. La violencia desatada se extendió por varios sectores del estadio, generando pánico entre el público que intentaba alejarse del conflicto.

Ante la gravedad de la situación, las fuerzas de seguridad presentes, incluyendo efectivos de Infantería, intervinieron de forma tardía, para intentar controlar la escena. Claramente no cumplieron con ese objetivo.

En medio del caos, se recurrió al uso de gas pimienta para dispersar a los violentos y evitar que el enfrentamiento escalara aún más. Sin embargo, la magnitud de los disturbios forzó la suspensión inmediata del partido, dejando una vez más al clásico de Mar del Plata marcado por la violencia de sus barras.