El Tribunal rechazó dos pedidos de nulidad de la defensa de los acusados. Duro relato de los padres del joven.
El inicio del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa en enero de 2020 tuvo todos los ingredientes: mucha angustia, momentos de tensión, pedidos de nulidad y la desgarradora declaración de los madres del joven, quien murió tras ser atacado por una patota de rugbiers a la salida de un boliche en Villa Gesell.
Al comienzo de la jornada de este lunes la defensa de los ocho rugbiers, quienes permanecieron con barbijo y cabizbajos durante la audiencia, pidió ante el Tribunal Oral Criminal 1 de Dolores la “suspensión” del juicio en el que la acusación ya adelantó que pedirá la pena de prisión perpetua.
El defensor Hugo Tomei, pidió la suspensión del debate al asegurar que “no existió el debido proceso legal (en el momento en que se tomaron las declaraciones indagatorias de los acusados)”. Y cuestionó el proceso de instrucción del caso que ahora llega a juicio y la “imputación colectiva” que según él, hubo contra los ocho acusados. Sin embargo, tras una hora y 25 minutos de deliberación, el tribunal integrado por María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari rechazó el planteo.
Pero Tomei fue por más, y pidió otra nulidad: en esta oportunidad, de la requisitoria de elevación a juicio presentada por el Ministerio Público Fiscal. Tras la acusación de la defensa de la familia de Báez Sosa contra Tomei por obstaculizar el inicio del debate, el Tribunal volvió a rechazar por unanimidad el planteo de nulidad.
Tras ambos reveses, los primeros en declarar fueron los padres de la víctima, Graciela y Silvio. En primer lugar se sentó ante los magistrados la madre, quien en un testimonio desgarrador contó la relación con su hijo: “Éramos inseparables, éramos una familia feliz. Era un ángel. Mi hijo tenía su boleto para regresar [de las vacaciones], pero mi hijo no regresó”. Y entre llantos estremecedores agregó: “Siento tanto no haber podido defenderlo”.
“No entiendo, no comprendo, nunca aceptaré cómo chicos de la edad de Fer le hayan hecho esto. Soy una mujer acabada, sin vida, sin ganas de vivir. No sé de dónde saco las fuerzas. Extraño tanto esos abrazos”, se lamentó la mujer en un estricto silencio de todos los presentes y que hizo llorar hasta los policías que estaban custodiando el lugar.
Luego de un cuarto intermedio, fue el turno del padre. “Lo vi en una morgue, hecho pedazos. ¿En este mundo puede haber tanta crueldad? Me lo pregunto todos los días. Tengo tanta bronca encima”, contó. Y añadió: “Señores jueces, están escuchando a un padre que perdió todo, todo: las ganas de vivir y de luchar. Perdió lo mejor de todo, el abrazo de su hijo”.
Largas audiencias
El debate por el homicidio del joven estudiante de abogacía se inició pasadas las 10 en los tribunales situados en la ciudad de Dolores, adonde los ocho rugbiers fueron trasladados desde el penal local, situado a diez cuadras, custodiados por una veintena de efectivos del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23), quienes cumplen prisión preventiva en la cárcel de Florencio Varela desde hace casi tres años, fueron llevados a Dolores el día previo al juicio y este lunes presenciaron toda la audiencia sentados en el banquillo y sin pedir declarar, lo cual pueden hacer en cualquier momento del debate.
Todos ellos afrontan una acusación como coautores del “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” y “lesiones leves”, en el caso de los amigos de Fernando, también atacados a golpes en la puerta del boliche “Le Brique” el 18 de enero de 2020.
El juicio continuará este martes a las 9, y la primera testigo en declarar será Julieta Rossi, novia de la víctima. Durante las 22 audiencias los jueces deberán escuchar a los más de 130 testigos que desfilarán por el TOC 1 de Dolores para que a fines de enero o principios de febrero den a conocer la sentencia final.