El actual presidente de la institución, Miguel Ángel Donsini entregó medallas, presentó las refacciones en la institución e hizo un breve repaso de sus 24 años de gestión que culminan a fin de mes.
Con la presencia de autoridades, representantes de las fuerzas vivas de la ciudad e invitados especiales, se llevaron a cabo este martes los actos de entrega de medallas a matriculados y matriculadas del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos Departamento Judicial Mar del Plata que cumplieron 10, 15, 20, 25, 30, 35, 40 y 50 años en el ejercicio de la profesión.
El actual presidente de la institución, Miguel Ángel Donsini, estuvo acompañado por el titular del. EMTUR Bernardo Martin –en representación del jefe comunal-, quien agradeció “el esfuerzo realizado e invitó a quien gane en las elecciones del próximo jueves en el Colegio a seguir trabajando por una Mar del Plata mucho mejor”.
Los presentes ademáspudieron apreciar las reformas que efectuaron en el espacio del quincho, el patio interno y la cafetería, tales como revestimientos, herrería, amoblamiento, artefactos, instalaciones eléctricas, carpintería y pintura, entre otras.
Luego de la bendición de las instalaciones y la entonación del himno nacional, hizo uso de la palabra Donsini quien en primer lugar agradeció a todos los asistentes y luego realizó un breve repaso de sus 24 años de gestión al frente de la entidad lo que denominó “una historia de raíces y alas”. Y explicó que “Raíces en realizaciones tangibles y alas para que sigan soñando utopías. Porque sin sueños no hay motores”.
Luego manifestó que ha sido fundamental para el crecimiento de la institución la sinergia entre pioneros, colegiados, nóveles, empleados y asesores, con el común denominador del trabajo sin descanso, el respeto entre todos, y la premisa de que cada acción emprendida representa la continuidad de un proceso que se apoya sobre los mismos basamentos y legados que nos dejaron nuestros antecesores, contemplando la pluralidad de pensamientos y políticas.
Mantuvimos un colegio de puertas abiertas, democrático y participativo. Nunca en estos años este Consejo Directivo aprobó resoluciones importantes sin ser votadas en forma unánime, nunca empleamos mayorías. Siempre jerarquizamos la unidad. Así hemos logrado una institución autosustentable en el tiempo.
Nuestra labor puertas adentro bregó por el respeto de los derechos de los colegiados, haciendo cumplir las obligaciones entre pares, con un estricto control de la matrícula. Y en el trabajo puertas afuera participamos con permanencia en las decisiones locales y regionales, colaborando con las fuerzas vivas y políticas de la ciudad, y con la comunidad en general.
Nos alegra que nos cueste trabajo enumerar las realizaciones que marcan la evolución en cada año. Y nos enorgullece este camino de no bajar los brazos, de luchar por una causa común, porque sabemos que, al final, siempre está esa fuerza mágica que nos abre las puertas, que nos identifica como personas, con la unidad que valida el esfuerzo.
Tres virtudes nos caracterizaron en el tiempo: comprender que los sueños son el motor de la humanidad y que la realización de uno es el principio del otro; contar en forma permanente con los colegas y dirigentes que supieron trabajar en forma solidaria; y que cada logro no es el logro de un dirigente de turno, sino el final de largas luchas y pequeños triunfos que nos llevaron a la meta.
Ante nuevas necesidades que requirieron nuevos proyectos, siempre las enfrentamos para la evolución de nuestra institución y su ubicación al frente de los procesos para un ejercicio de la profesión actualizado y de vanguardia, con ingenio en la concreción de negocios y capacidad de manejo ante los cambios, brindando garantías en momentos de desorientación.
Abocados con nuestra impronta personal a la tarea de acercar a las partes de un negocio inmobiliario, somos capaces de aportar a ambas un valor agregado altísimo, que ayuda en la toma de decisiones de gran importancia en sus vidas. Cada operación está cargada de esperanza, de temores, de deseos, de necesidades, de sueños, de caprichos, de estado de ánimo, de puntos de vista. Una tormenta de humanidad que requiere de un profesional que sepa canalizar, encauzar y alinear objetivos en pos del cierre del negocio.
Abordamos con gran responsabilidad la obligación de la profesionalización y la jerarquización”, sintetizó.
Entre lo realizado destaca el Monumento “Contemplando la eternidad” para toda Mar del Plata numerosas obras y beneficios para los colegiados, la carrera universitaria, la presencia local y nacional, congresos y jornadas y “cerramos todos los ejercicios con superávit”, puntualizó.
Asimismo se entregaron reconocimientos a equipos de trabajo y a la familia de Miguel Ángel Oppido quien estuvo varios años colaborando en la institución: “era el Colegio, era el espíritu, era todo acá y el patio va a llevar su nombre”, dijo visiblemente emocionado Donsini quien además recibió –junto a su familia- su distinción por los 35 años en la actividad.