Alejados de la realidad

El reciente episodio de gritos, insultos y provocaciones en el Concejo Deliberante de Mar del Plata es más que una anécdota desafortunada; es el reflejo más crudo de una clase política que parece vivir en una burbuja, completamente desconectada de la realidad que enfrentan cada día los vecinos de nuestra ciudad.

Mientras el concejal Julián Bussetti se enfrascaba en una provocación innecesaria, exhibiendo una remera y una taza alusivas a una sentencia judicial de alcance nacional, y la “Barra del Concejo” respondía con insultos y panfletos, afuera, en las calles de Mar del Plata, la gente sigue lidiando con problemas muy concretos. ¿Alguien en el recinto está preocupado de la inseguridad que vive Mar del Plata o la cantidad de problemas por resolver en los barrios? Parece que no.

El espectáculo bochornoso del jueves fue un triste ejemplo de cómo una sesión que debería estar dedicada a debatir y resolver los problemas locales se convierte en un escenario para replicar la grieta nacional y ventilar disputas ideológicas que, a la larga, no resuelven absolutamente nada para el ciudadano común.

No se trata de defender o condenar a una figura política en particular. Se trata de entender que el rol de un concejal es representar los intereses de Mar del Plata. Cuando el debate se desvirtúa hacia la confrontación personal y la provocación barata, y el recinto se transforma en un campo de batalla verbal, los únicos perdedores son los vecinos. Porque mientras ellos discuten y se gritan, el tiempo y la energía que deberían dedicarse a la salud, la educación, el empleo o el desarrollo de nuestra ciudad, se diluyen en un circo mediático que solo profundiza la desconfianza.

Es hora de que nuestros representantes miren hacia afuera de esas cuatro paredes. Es hora de que dejen de lado las banderías y las agendas personales para conectar con la verdadera realidad de Mar del Plata. La sociedad exige menos ruido y más soluciones. Exige que el Concejo Deliberante vuelva a ser el espacio donde se gestan las respuestas a las urgencias de los marplatenses, y no un mero reflejo de la polarización que tanto daño nos hace.