En un partido con un sinfín de circunstancias cambiantes y de emociones, el equipo de Río Gallegos superó a Quilmes por 75 a 65. Lucas Mohnen marcó 27 puntos.
El primer tiempo mostró a un equipo que, pese a las adversidades por las lesiones de Aristu y Machuca, exhibió tal vez los mejores veinte minutos del certamen. Con un Lucas Mohnen jugando en gran nivel, en un rol poco habitual como lo es de perimetral, sumando 21 puntos. Ambos parciales fueron para el local, 17-13 y 42-33.
Cuando parecía que la noche y la balanza parecían inclinarse en favor del dueño de casa por las muy buenas actuaciones individuales y colectivas que estaba llevando, aparecieron algunos aspectos extradeportivos que condicionaron la tranquilidad con la que Hispano manejaba el juego.
Esteban Cantaruti y Gonzalo Torres debieron salir por cinco faltas y sumado a la poca rotación que tenía el equipo de Eduardo Japez, el cierre del encuentro se hizo cuesta arriba. Quilmes llegó a ponerse a cinco puntos del equipo de Río Gallegos en el último capítulo, pero con una cuota de amor propio, el Celeste logró sacar a flote un partido que, por momentos parecía que se le complicaría.
Informe y fotos: Prensa Hispano Americano