Podrán funcionar al 30% de su capacidad. Se permitirá el consumo de pochoclos y demás alimentos.
Luego de más de 11 meses sin actividad, las salas de cine vuelven a abrir en la ciudad con un aforo del 30% para garantizar la distancia entre los espectadores, que podrán asistir en “burbujas sanitarias” de hasta seis personas.
En ese sentido, el protocolo indica que “dentro de cada una de las salas de cine la ocupación de butacas contiguas por grupos de convivientes no podrán ser superiores a seis personas y estarán conformadas por butacas contiguas”.
Asimismo, estará permitida la venta y el consumo de pochoclos, golosinas y alimentos como de costumbre para disfrutar al ver la película.
El servicio gastronómico deberá adecuar su funcionamiento a lo establecido en los protocolos aprobados para el desarrollo de su actividad.
Inicialmente, las entradas se comercializarán únicamente a través de Internet y luego deberán ser retiradas por las máquinas expendedoras automáticas de cada sala.
Asimismo, más allá de la programación, las salas unificaron un criterio a raíz de lo establecido en el protocolo: los horarios de las películas “estarán desfasados para no cruzar una función de una sala con la otra”, precisaron desde uno de los cines de la ciudad.
También, entre función y función se llevará a cabo un proceso de ventilación y desinfección de las salas, tal como establece el protocolo sanitario diseñado para la vuelta a la actividad del sector.
Por otro lado, “no se permitirá el desplazamiento de público durante el espectáculo”, indica la norma y agrega la necesidad del “uso de tapabocas, no llevarse las manos a la cara, desinfectar con jabón, detergente y/o alcohol los objetos que se usan con frecuencia, así como controlar la temperatura de los trabajadores previo a la entrada al establecimiento, la cual debe ser menor de 37.5ºC”.