Día Mundial del Sándwich

El Día Mundial del Sándwich se celebra el 3 de noviembre de cada año. Esta fecha se estableció en honor a uno de los platos más populares y versátiles del mundo. La elección del 3 de noviembre se debe a que coincide con la fecha de nacimiento de John Montagu, el IV Conde de Sándwich, a quien se le atribuye la creación del sándwich en el siglo XVIII.

Historia del sándwich

En cuanto a lo que se sabe del creador de esta comida elegida a nivel mundial. John Montagu (1718-1792) era un hombre importante en su época. Fue educado en los mejores colegios, ocupó cargos importantes como embajador plenipotenciario, primer lord del Almirantazgo, lord Justicia, vicetesorero adjunto de Irlanda, pero lo cierto es que su nombre no se recuerda por sus méritos.

La fama le llegó con el descubrimiento de James Cook de un archipiélago en el Atlántico al que puso el nombre de Islas Sandwich, en honor al conde que había costeado los gastos de la expedición. Hoy se conocen como Hawái, pero aún mantienen su denominación las islas Sandwich del Sur, a las que se les agregó “del Sur”, para distinguirlas de las primeras “islas Sándwich”.

La historia cuenta que el conde, un apasionado de los juegos de cartas, pidió en una ocasión que le prepararan una comida que pudiera comer sin interrumpir su juego, así que le sirvieron carne entre dos rebanadas de pan, lo que permitía sostener la comida sin necesidad de usar cubiertos. Este invento fue rápidamente imitado y se hizo muy popular, y con el tiempo el nombre del conde se convirtió en sinónimo de esta práctica culinaria.

Sin embargo, el aporte de Montagu que ha pasado a la historia popular es la de un sencillo sándwich hecho con dos rebanadas de pan de molde entre las que se coloca jamón, queso, vegetales u otros alimentos. Así define sándwich la Real Academia de la Lengua, que no admitió su grafía hasta 1927.

No está claro si el famoso sándwich lo inventó él, o su cocinero, que tuvo que idear una comida con la que el conde no se manchara las manos mientras jugaba a las cartas porque este era un jugador empedernido que podía pasar días y noches sin apartarse de la mesa de juego.