El Rosh Hashaná comienza este viernes por la noche, en conmemoración de la creación de Adán y Eva, según el relato bíblico, y marca el inicio de los diez días sagrados que incluyen el Iom Kipur (Día del Perdón), que este año se conmemora entre el domingo 24 de septiembre y el lunes 25.
Shaná Tová Umetuká (año bueno y dulce en hebreo) son los deseos que cruzan los integrantes de la comunidad judía en vísperas de la llegada del año 5784, que comienza con la salida de la primera estrella de este viernes, cuando ingresan a “un período de introspección, reflexión y balance del alma” camino al Iom Kipur o Día del Perdón, que se inicia 10 días después.
El Rosh Hashaná comienza este viernes por la noche, en conmemoración de la creación de Adán y Eva, según el relato bíblico, y marca el inicio de los diez días sagrados que incluyen el Iom Kipur (Día del Perdón), que este año se conmemora entre el domingo 24 de septiembre y el lunes 25.
“Es una especie de cumpleaños de toda la creación, especialmente del ser humano, y acompaña la alegría con la preocupación sobre qué estamos haciendo con nosotros mismos y con toda esta obra de creación”, precisó a Télam Marcelo Polakoff, rabino de la comunidad judía de Córdoba.
El año se celebra durante dos días, entre otros múltiples sentidos, “para dar una idea de que siempre hay una segunda oportunidad” y para “reparar aquello que en el año que terminó hicimos mal”.
En este período especial que inicia con Rosh Hashaná hasta el Día del Perdón, Polakoff señaló que la comunidad espera estas fechas como “un período de introspección, de reflexión y un balance del alma para que el año que está comenzando tenga mejores perspectivas del que está terminando”.
La festividad se realiza en las sinagogas y en los hogares, la primera funciona como espacio de encuentro en donde se leen plegarias alusivas y hacen sonar el tradicional Shofar en una celebración esencialmente comunitaria.
“El shofar es ese cuerno de carnero o vaca que, con un sonido ancestral, imita el llanto de un bebé que nace, como el año que está naciendo. También es un llamado a no quedarse dormidos -en el sentido espiritual del término- y vivir una vida más digna”, precisó Polakoff, también comisionado del Diálogo Interreligioso del Congreso Judío Latinoamericano.
En los hogares, durante las dos noches de Rosh Hashaná, se suele hacer una cena familiar y con amigos en donde se sirve un pan especial llamado jalá agulá -un pan trenzado redondo- que hace referencia a lo cíclico y circular del año, que “empieza y termina y vuelve a recomenzar”.
“En términos de lo simbólico, se come manzana con miel para hacer alusión a que el año que comienza sea bueno como una manzana, y dulce como la miel. De allí el saludo: “Shaná Tová Umetuká”, explicó Polakoff.
Por su parte, el rabino emérito de la Comunidad Bet-El, Daniel Goldman, uno de los fundadores del Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI), explicó a esta agencia que el calendario hebreo se “inaugura con un período de revisión de nuestro propio comportamiento, con la intención de enmendar los errores cometidos durante el año que pasó. A ese proceso lo denominamos “teshuvá”, una palabra que tiene 2 significados: retorno y respuesta”.
Iom Kipur, llamado tradicionalmente Día del Perdón o de la Expiación, es el día más sagrado del calendario judío en donde se lleva a cabo un ayuno (de bebidas y alimentos) de 25 horas, tampoco se puede usar cremas o aceites, lavarse, calzarse con zapatos de cuero ni mantener relaciones sexuales.
Durante los días previos, la comunidad “solicita clemencia sobre los errores cometidos. Debemos pedir perdón a quienes hemos herido y reconciliarnos con aquellos a los que ofendimos. En principio es necesario reconocer la falta, arrepentirse de manera genuina y comprometerse a no volver a repetir el acto. Aquel a quien se solicita la disculpa debe estar dispuesto a perdonar”, precisó Goldman.