El retiro de Tomás Mantia: “Me saqué una mochila de encima”

Alvarado volverá a jugar el próximo jueves 17 de junio, pero ya no podrá contar con el defensor, quien decidió retirarse del fútbol con tan solo 28 años “para estudiar kinesiología”, según se lo confirmó al programa “El Modular” de Radio Vinilo.

Un nuevo receso de la actividad por el confinamiento obligatorio dispuesto por el gobierno nacional, para intentar mermar la cantidad de casos de coronavirus en nuestro país, fue el empujón final para que el defensor Tomás Mantia tome la decisión de dejar el fútbol.

“Estoy tranquilo. Es una decisión que tomé, muy meditada, muy pensada. Hace mucho tiempo que la vengo analizando”, fueron las palabras con las que comenzó el ex defensor en una declaración realizada en el programa “EL MODULAR de Radio Vinilo 89.1. “Siempre quise arrancar Kinesiología, ahora llegó el momento”.

Mientras que la actividad de la Primera Nacional se reanudará el próximo fin de semana, con Alvarado sin jugar por fecha libre, pero con el regreso confirmado para el jueves 17 de junio a las 15, en Caseros, frente a Estudiantes, el ex futbolista de 28 años se siente aliviado: “Me saqué una mochila de encima, no venía teniendo buenos días, buenos meses. El último tiempo me costaba todo. Así que, fue una decisión para mejor, pensando en el futuro”.

Con los pies sobre la tierra y consciente de que el ascenso no te da garantía económicas en los años posteriores a dejar de jugar, Mantia explicó: “Lo pensé para el día de mañana. Ustedes saben que somos jugadores de Nacional B y no tenemos sueldos altos“. Por eso regresó a su ciudad natal, Rosario, y ya está inscripto en la Universidad.

Además, en referencia a las interrupciones de las competencias por la situación sanitaria, dijo: “Los últimos días de confinamiento tuvo un poco que ver, fue como la gota que rebalsó el vaso. No la quiero pasar más solo”. Pero la idea final fue la suma de varias cuestiones, como por ejemplo: “Lo físico también lo analicé. Estuve un año y medio jugar por lo de la rodilla, me dolía hasta subir los cordones de la calle”.

Si bien reconoció que no fue nada fácil, y que este proceso lo fue llevando solo, contó con su hermano y su psicólogo de Rosario Central como apoyo, por que: “No era yo, no la estaba pasando bien”, aseguró el jugador que llegó desde Defensores de Belgrado de Villa Ramallo hace casi cuatro años a Mar del Plata.

Será un símbolo y recordado por siempre entre los hinchas del “torito” por haber sido parte importante del ascenso de categoría, aunque al respecto reconoció: “En el día a día uno no se da cuenta donde está, el tiempo y lo que ha logrado, pero la verdad que estos días fue hermoso la cantidad de mensajes que recibí. Es muy gratificante. Por ahí los números míos no coinciden con lo que me quiere la gente”.