Existe una gran controversia en torno al plátano de ciudad, hay decenas de miles de ejemplares con alto potencial alergénico. A pesar de esto brinda varios beneficios indispensables para la vida en la ciudad y te lo contamos.

Este árbol, conocido popularmente en Argentina como “plátano”, es una especie muy común en el arbolado urbano, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires y otras grandes urbes del país, pero también está muy presente en ciudades europeas como París, Madrid, etc.
Su nombre científico es “Platanus×hispanica” o “Platanus×acerifolia”. Se lo conoce comúnmente como “Plátano de sombra” o “Plátano de paseo”. Es de la familia de los Platanaceae; y su origen es un híbrido resultante del cruce entre el plátano occidental (Platanus occidentalis) y el plátano oriental (Platanus orientalis). No está claro si se originó en Londres o en España.
En los registros de la historia del siglo XIX, se señala al presidente Domingo F. Sarmiento como el impulsor de su plantación masiva en la ciudad de Buenos Aires, entre los años 1868 y 1874, con la idea de dotar a la ciudad de sombra y un “pulmón urbano”.
Características físicas y ecológicas de plátano
Es un árbol corpulento, de gran tamaño, que puede alcanzar entre 30 y 40 metros de altura con una copa globosa y amplia cuando es conducido por poda, y piramidal cuando crece libremente, de ramas erguidas, proporcionando una sombra densa. Su crecimiento es rápido, muy rústico y longevo (puede vivir hasta 300 años).
Sus hojas son caducas (las pierde en otoño/invierno), grandes, de forma palmeada con 3 a 7 lóbulos. La corteza es muy característica, con un aspecto de mosaico en tonos verdes, grises y amarillos, ya que se desprende con facilidad en grandes placas. Las flores del plátano son poco atractivas, se presentan en Inflorescencias globosas, de color verdoso en la primavera temprana.
La gran controversia en torno al plátano de ciudad, donde hay decenas de miles de ejemplares, es su alto potencial alergénico. La presencia de concentraciones de agentes alergénicos suspendidos en el aire, aumenta las probabilidades de estar expuestos a los mismos, y por lo tanto, de sufrir un brote de alergia generando malestar en primavera.
Los granos de polen, muy livianos, se liberan en gran cantidad durante la floración (principalmente de finales de agosto a mediados de noviembre en Argentina, coincidiendo con la primavera) y son responsables de la alergia respiratoria como rinitis y asma.
Sin embargo, la “pelusa” o los “pelos del fruto” del plátano que recubren y rodean los frutos y las hojas jóvenes, al desprenderse y flotar en el aire, son los que provocan irritación ocular y cutánea (picazón en los ojos, garganta, estornudos), o sea, reacciones alérgicas. Los síntomas más frecuentes son: rinitis alérgica (estornudos, congestión), conjuntivitis (picazón y lagrimeo de ojos) y, en casos más graves, exacerbación del asma.
Grandes ventajas silenciosas otorgadas por el árbol del plátano en las ciudades:
Los beneficios del “plátano de ciudad” son principalmente ambientales y estructurales, lo que explica por qué se plantó masivamente y se lo considera un “pulmón urbano”.
Gran tolerancia a la contaminación: sobrelleva la polución, los gases, el humo, el hollín, los suelos compactados, salinos o mal drenados de las ciudades. Lo convierte en un aliado indispensable para la sociedad, por ser un filtro natural, ayudando a retener el polvo y material particulado del aire.
Regulación climática: sus grandes copas y abundante follaje proporcionan una sombra densa y efectiva. Disminuye la temperatura del aire y el pavimento hasta 4 °C en verano (efecto de “isla de calor”), regulando la humedad.
Poder de absorción del CO2: por su gran tamaño y volumen de biomasa, tiene una alta capacidad para secuestrar dióxido de carbono. Esto contribuye significativamente a mitigar el cambio climático en entornos urbanos densos.
Los alergólogos señalan que el cuadro alérgico primaveral es a menudo un efecto combinado de la exposición masiva al polen del Fresno, el Plátano y las Gramíneas./ con info Meteored.