Desde los grandes de Primera División hasta clubes barriales se reivindicaron como asociaciones civiles en contra del proyecto de Javier Milei.
Buenos Aires.- Tal y como se esperaba con el paso de los días, diferentes sectores de la sociedad civil harán público (de alguna manera u otra) su posicionamiento de cara al balotaje del próximo 19 de noviembre donde Sergio Massa, de Unión por la Patria y Javier Milei, de La Libertad Avanza competirán para definir quién será el próximo presidente.
En las últimas horas, cientos de clubes de todo el país, desde los más grandes de primera división como Boca y River hasta las instituciones barriales, salieron públicamente a oponerse a la propuesta de Milei de convertir a las instituciones deportivas en sociedades anónimas y a reivindicarse como asociaciones civiles. La provincia de Buenos Aires tuvo un rol protagónico en el fútbol de ascenso, que elevó el hashtag #NoALasSAD, no a las sociedades anónimas.
A través de las redes sociales, los clubes del fútbol argentino expresaron su repudio a las políticas que pregona el candidato a presidente de La Libertad Avanza. Milei dijo que le gusta “el modelo inglés”. Añadió que “no les va mal” y que “tienen un espectáculo terrible”.
En el Reino Unido el permiso para que los clubes fueran privados los convirtió en propiedad de magnates o capitales internacionales. Como reacción, en los últimos 20 años grupos de hinchas fundaron clubes para que fuesen administrados por los propios hinchas y no quedaran a merced de multimillonarios o fueran el instrumento de grandes operaciones de lavado de dinero.
En la Argentina la reacción a Milei fue anticipatoria. El mundo de la pelota abandonó su habitual neutralidad pública, al punto que en algunos casos directivos de clubes no solo rechazaron la idea de la conversión en sociedades anónimas sino que directamente llamaron a votar a Sergio Massa para evitar todo peligro institucional.
Y es que en la Argentina los clubes representan mucho más que un equipo en primera división, son lugares donde los jóvenes (y no tan jóvenes) practican deporte, un lugar de encuentro de vecinos, un espacio de recreación donde (aún) pueden utilizarse sus instalaciones y donde los socios cuentan con algún poder de decisión. La opción privatizadora rompería el esquema social y político que un club sostiene, y pasarían de la categoría de “socios” a la de “clientes”.
La ola fue creciendo durante todo el sábado 11, y las redes sociales poco a poco fueron inundándose de comunicados e insignias. A la tarde, el tema estaba segundo en las tendencias de X, antes llamada Twitter. El primer tema, imposible de destronar por el furor que desató desde que llegó a la Argentina para sus recitales, fue Taylor Swift.
Luego de que los clubes de la Primera Nacional tomaran la posta, llegó el turno de los clubes bonaerenses de Liga Profesional, primera categoría. Primero los porteños Boca, River y San Lorenzo expresaron sus posturas en contra de las sociedades anónimas. Después se fueron agregando otros. El comunicado más llamativo fue el de Independiente de Avellaneda. El “rojo”, conducido por dirigentes del PRO bullrichista como Néstor Grindetti y Cristian Ritondo, derrotado candidato a gobernador el primero y diputado nacional electo el segundo, emitió un documento en el que indicó que “la comisión directiva (…) está convencida de que nuestro club tiene que seguir siendo una asociación civil sin fines de lucro”. Añadió que, tal como lo indica el estatuto, “nunca resignaremos a esa figura”. Lo sentenciaron con el hashtag “#NoALasSAD” (No a las sociedades anónimas deportivas).
Grindetti y Ritondo dentro del PRO no se quedaron con Horacio Rodríguez Larreta sino que se pronunciaron públicamente por Milei una vez que el candidato de la extrema derecha acordó el pacto electoral para el balotaje con Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
Su vecino Racing Club dijo que “nadie nos tiene que explicar qué significan las SAD en un club de fútbol”, ya que los socios e hinchas que recuperaron la democracia de la “academia” “lo saben bien”. El mensaje se debe a que, durante ocho años, Racing desarolló su vida institucional como una sociedad anónima y sus socios no pudieron ejercer el voto entre 2000 y 2008.
Lanús; Banfield, de Lomas de Zamora; Estudiantes y Gimnasia de La Plata; Sarmiento de Junín; Tigre y Platense, de Vicente López, fueron otras de las instituciones bonaerenses de Primera que se opusieron al “modelo inglés”.
En la cocina de la Asociación del Fútbol Argentino “no existió ninguna indicación ni bajada de línea” que motivase semejante oleada de repudio. Directivos consultados por este diario indicaron que “fue un efecto contagio entre los clubes”, que al ver la masividad de las exposiciones de sus pares, “optaron por tomar partido”.
Las instituciones reaccionaron de esta forma para oponerse a la privatización y al modelo que siempre quiso imponer Mauricio Macri. Y además los clubes hicieron hincapié en defender su rol de contención social y de construcción de las identidades, los valores y los emblemas. Como tienen estatuto propio, nadie puede obligar a un club a ser vendido, pero la reducción del Estado que plantea LLA complica directamente a los equipos, sobre todo, del fútbol de ascenso. Existen legislaciones que indican que los clubes están exentos de pagar las cargas sociales de los trabajadores. En caso de ser derogada esa norma, ese monto representaría la mitad del presupuesto actual de cualquier institución.
Fuente: Página 12