Gambeta ideológica y efecto siesta: las dos caras de la campaña

Tanto Javier Milei como Sergio Massa preparan el tramo final de una campaña eterna hacia el balotaje del 19 de noviembre. La aparición de las primeras encuestas serias marcará cómo sigue la estrategia.

Se acerca el domingo de la gran final después de una campaña extenuante y los equipos de La Libertad Avanza (LLA) y Unión por la Patria (UxP) lo saben, por esta razón intentarán atraer la mayor cantidad de adhesiones posibles y convencer a aquellos indecisos o huérfanos de otros espacios políticos para la gran contienda final, en el epílogo de una campaña que se hizo eterna.

Tras un convulsionado fin de semana por el desabastecimiento de combustible, Sergio Massa, comenzará una recorrida por distintos puntos del país (este jueves en Mar del Plata para participar de la apertura del 38° Festival de Cine): Córdoba, Salta, Mendoza y Catamarca serán algunas de las provincias en las cuales mantendrá reuniones y donde sus equipos creen que podría tener una mejor performance que en las generales.

Además, tiene previsto continuar anunciando algunas medidas en su faceta de Ministro de Economía y posiblemente acaparar algunas adhesiones: y es que el rechazo a ciertas expresiones y conceptos políticos de Javier Milei y sus dirigentes, aunque no sea un apoyo directo, le vienen muy bien al candidato de UxP.

Por caso, la carta firmada por personas vinculadas a la cultura, manifestando su apoyo a Sergio Massa y la preocupación por una eventual llegada de Milei al poder, abre un abanico de posibilidades que tuvo su continuidad en la política con el posicionamiento del Partido Socialista que este miércoles dejó la neutralidad de lado y apoyó al exintendente de Tigre en su camino a la presidencia y además rechazó el proyecto libertario.

Es sabido que en la política los votos no están cautivos, no son de un candidato ni de un partido político, el voto es individual, personal, y la decisión depende de muchísimos factores: racionales y emocionales, pero dada la circunstancia de instancia final (segunda vuelta o balotaje), cualquier tipo de expresión de apoyo y rechazo aportan a esa balanza simbólica de capital político. Como dirían los Auténticos Decadentes “no es todo, pero como ayuda”.

A pesar de esto, en el equipo de Sergio Massa temen el “efecto siesta” que se pueda dar en militantes, dirigentes y otros, tras el resultado de las generales y con los notables problemas que éstos generaron en su rival. Una sensación de alivio y relax invadió los bunkers de campaña aquella noche del 22 de octubre cuando las cifras marcaron casi 7 puntos de distancia entre Massa y Milei y dejaron a Bullrich afuera de la contienda definitiva.

Un exceso de relajamiento sería un error que puede costar muy caro. Así lo advirtió Juan Grabois esta semana e instó a seguir trabajando a destajo en la campaña. Sergio Massa también había pedido “humildad” en su discurso postelectoral y el reelecto gobernador Axel Kicillof, fue en el mismo sentido al expresar que “se termina cuando Massa sea elegido presidente”. Y es que muchos intendentes y gobernadores ya lograron sus objetivos provinciales (continuidades o representaciones legislativas) y en el oficialismo tendrán que laburar para que no se duerman en los laureles.

En la Libertad Avanza el panorama es más nebuloso, la alianza con Macri y Bullrich aportó aparato político pero restó ideología y certidumbre sobre qué puntos de la plataforma política de Javier Milei se mantienen y cuales se modifican por pedido del ala dura del Pro.

En lo discursivo-ideológico LLA deberá hacer una gambeta casi messiánica para reconfigurar el concepto de “anticasta” porque la aparición de Macri como jefe de campaña y de Bullrich como acompañante es difícil de explicar (y de digerir) si el producto pretende ser mostrado (o visto) como lo nuevo y puro que viene a arrasar lo viejo de la política.

Este apoyo caló hondo en las entrañas de LLA donde muchos dirigentes ya expresaron que dejarán de acompañar y otros no lo dicen públicamente, pero tampoco esconden demasiado su enojo. Y es que Javier Milei adaptándose abruptamente “al sistema” en plena campaña electoral es acaso ¿la peor versión del libertario? Para ganar la final LLA deberá sortear una anomalía que no esperaba y tendrá que resolverlo lo más rápido y eficazmente posible.

Más allá de que el resultado de las elecciones de agosto permite que hayan ciertas conjeturas sobre lo que podría pasar el 19 de noviembre, el final sigue siendo abierto. No se duerma estimado lector porque es un momento muy propicio para tener los dos ojos (y más si se puede) bien abiertos. Además de conocer quién será el próximo presidente, ha comenzado una reconfiguración política muy interesante con algunos destellos de ideología que promete llevarse puesto a ingenuos, soberbios y perezosos. El largo camino de noviembre ya está en marcha, un camino que marcará un desenlace electoral pero que también, dará inicio a una nueva configuración de los partidos políticos en la Argentina. Será un trayecto sinuoso, donde operaciones políticas, mediáticas, fakes news e intentos de desastre invadirán nuestras vidas durante los próximos 17 decisivos e infinitos días.