Con un Try de Sclavi, Argentina es semifinalista

El marplatense sumó en un momento clave y Moroni tuvo una salvada épica en el histórico triunfo de Los Pumas en Marsella por 29 a 17 sobre Gales, para clasificar a la semifinal del Mundial de Rugby que se disputa en Francia.

Los Pumas tuvieron otra actuación épica en el Mundial de rugby para sumar un nuevo hito a la historia del deporte argentino: superaron a Gales 29-17 en un encuentro electrizante y se clasificaron a las semifinales, con la chance de alcanzar la final de este torneo por primera vez.

La primera semifinal se desarrollará el próximo viernes 20 de octubre en el Stade de France ubicado en el norte de París a partir de las 16 horas de Argentina (21 horas de Francia). Los Pumas se medirán ante Los All Blacks que este viernes superaron a Irlanda, precisamente en ese estadio.

El elenco albiceleste se aseguró, al menos, pelear por igualar la mejor presentación de su historia en Mundiales con el tercer lugar que obtuvo 2007. Si bien el foco estará puesto en alcanzar la gran final del sábado 28 de octubre en Saint Denis, estar entre los mejores cuatro del mundo les permite ya saber que disputarán al menos el choque por el tercer lugar.

La otra llave del cuadro se completará este domingo con el duelo entre Inglaterra y Fiji en Marsella en el primer turno; y la posterior presentación del local Francia contra Sudáfrica en Saint Denis.

El seleccionado argentino parecía condenado cuando el try de Williams puso adelante a Gales 17-12. Hasta ahí, pese a los errores, había hecho todo para ganar. Fue allí donde el espíritu del equipo se hizo gigante para llevarse por delante a cuanta camiseta roja hubiera por el camino. Primero el try de Joel Sclavi, después de percutir y percutir, y luego Nicolás Sánchez interceptando el desesperado ataque británico para sellar el pasaje a las semifinales de la Copa del Mundo.

Había que inmolarse en este partido, como lo indicaba la historia. Los Pumas no podían quebrar a Gales pese a ser mejores. O un error o un penal frenaba el aluvión celeste y blanco. Y el que se inmoló fue Matías Moroni, el jugador para este tipo de partidos. Nunca deja al equipo a pie el back formado en CUBA. Cuando Josh Adams volaba sobre el ingoal en lo que hubiera significado un golpe de gracia, Moroni se tiró de cabeza y lo sacó con un tackle mezcla de coraje y de viveza. Fue como la tapada de Dibu Martínez en el último minuto del Mundial de Qatar. Fue la señal de la victoria.

Hoy, por fin en este Mundial, el equipo se quitó el traje del sistema de juego cuando las cosas no salían. Puso lo que había que poner: corazón, locura, pasión. En esos rubros el seleccionado argentino es imbatible. Los jugadores lo traen en la sangre, de las historias que escucharon en sus clubes, de las proezas que vieron por TV o en las imágenes de Internet.

Pasan las generaciones, y Kremer es como Pochola Silva o Georgie Allen; Lavanini, como el Chapa Branca o Patricio Albacete; Boffelli, como Porta; Gallo, como Roncero; Montoya como el Gato Handley o Ledesma; Moroni como Loffreda o Felipe Contepomi; Mallía, Baetti o Corleto.

Fuente: Infobae y La Nación.