En el primer trimestre, según un análisis privado de datos en crudo del Indec, la pobreza llegó al 38,7%, un 4,5% más que en igual período de 2022.
La inflación galopante continúa sumando consecuencias. El ritmo de aumento de los precios de los insumos de primera necesidad superó al de las mejoras de los salarios y esto ya se refleja en las estadísticas de pobreza: en el primer trimestre hubo 18 millones de personas en el país que no cubren la canasta básica, 2 millones más que el año pasado. Esta cifra, que refleja un aumento de la pobreza del 4,5% para llegar al 38,7% en este período, nace de un análisis de la base de microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec. Además, entre otras conclusiones, se ve que entre los trabajadores activos la pobreza subió del 24,4% al 28,7%, algo inédito en Argentina.
Sergio Massa asumió como ministro de Economía hace un año y una de sus principales metas fue reducir la suba del índice de precios, algo que ya había anunciado el presidente Alberto Fernández en marzo de 2022 con su “guerra contra la inflación”. No obstante, el “enemigo” acumuló un crecimiento del 115% en los últimos doce meses.
Esto llevó a que, en comparación al mismo período del 2022, la pobreza registrara un incremento de 4,5 puntos porcentuales, lo que significa que en 12 meses se agregaron 2 millones de nuevos pobres en el país. Por su parte, la indigencia subió del 8,2% al 8,9%. Esto ocurrió por el empobrecimiento de los trabajadores ocupados en todas las modalidades laborales (registrados y no registrados) y en los que desempeñan por cuenta propia.
Aun entre los ocupados la pobreza subió del 24,4% al 28,7%, algo inédito en la Argentina.
Si bien en los últimos 12 meses se normalizaron la actividad y el empleo, la pobreza aumentó por la fuerte incidencia de la disparada inflacionaria, en especial la de los alimentos.
“No es correcto”
Los datos fueron analizados por la consultora ExQuanti, que según los medios allegados al oficialismo es una “agencia poco conocida en el mercado” e hizo un trabajo “en tiempo récord” que da un “resultado obvio: aumentó la pobreza, dato político necesario para la campaña política, amplificado por la cadena de medios de derecha”.
Lo cierto es que la vocera presidencial Gabriela Cerruti, un día antes de conocerse estas cifras, había afirmado que “no es cierto que 6 de cada 10 niños tengan hambre” y que desde el Gobierno se ve “otra cosa: hay situación casi de pleno empleo en las provincias, en situaciones donde no se puede acceder al salario formal se recibe algún tipo de ayuda del Gobierno nacional”.
Según Página/12, “no es correcto” comparar este informe de pobreza de ExQuanti con respecto al que elabora el Indec -que se conocerá el 17 de septiembre, un mes después de las PASO- “puesto que uno es de base trimestral y el otro es semestral”.
Cálculos
Tanto la línea de indigencia como la de pobreza se calculan en relación con la evolución de las canastas de alimentos y total que aumentaron más que la propia inflación. A marzo, la línea de indigencia aumentó el 120,1% interanual, la de pobreza 113,2% y la inflación en 104,3%.
El dato del Indec es de 31 aglomerados urbanos, que totalizan 29 millones de personas. Si esos porcentajes se extienden a toda la población (46,2 millones), incluyendo la rural, equivale a 18 millones de pobres, de los cuales 4 millones son indigentes.
Entre los chicos menores de 14 años (un conjunto de la población que llega a los 11 millones de personas), la pobreza subió del 47,1% al 54,7%. Son 6 millones de niños que viven en hogares pobres.