Creen que podrían ser de un jubilado de quien se desconoce su paradero desde el verano. Serán necesarias pruebas de ADN para poder identificarlo.
Un cuerpo sin cabeza y sin manos fue encontrado en un departamento de un edificio del centro este viernes por la mañana. La historia encierra algunos misterios y para ser resueltos se cuentan con pocos elementos de prueba encontrados en el lugar.
Creen que podrían ser de un jubilado de quien se desconoce su paradero desde el verano. Serán necesarias pruebas de ADN para poder identificarlo.
Los investigadores de la DDI como de la fiscalía a cargo de Leandro Arévalo, buscan localizar a dos personas vinculadas al jubilado y que habrían dejado el departamento en Corrientes al 1500. El hallazgo fue realizado por los empleados de una empresa que la dueña del departamento contrató para la limpieza.
El departamento del piso 18 estaba ocupado el año 2020 por una pareja de un hombre de 75 años y una mujer de 72. En los meses previos a fin de año el hombre sufrió un accidente y quedó imposibilitado de salir del edificio.
La propietaria del inmueble, una mujer de casi 90 años de Capital Federal, dejó de percibir el alquiler y por eso intimó a los ocupantes del lugar para que se retiraran. Esto recién habría ocurrido en el mes de marzo y desde entonces el departamento quedó cerrado.
Una abogada en representación de la dueña para hacer una revisión y se encontró con mucha suciedad y hasta había un perro. En los últimos días, la propietaria del edificio ordenó contratar una empresa de limpieza para poner todo en condiciones y este viernes, al ingresar al inmueble se produjo el hallazgo de una bolsa con los restos humanos en el interior.
Los investigadores esperan el informe de la autopsia para saber como falleció. Sin embargo, el estado casi momificado del cuerpo podría hacer que se desconozcan las causas del deceso. Lo que se llevó el Cuerpo Médico Forense de la Policía Científica para trabajar fue una bolsa con un torso con extremidades pero sin manos ni brazos.
No se sabe aún nada de la mujer de 72 años, ni de otro hombre menor que ella que solía visitarla.